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LA ISLA DEL AIRE

Lecina Fernández. Psicóloga Clínica. Miembro de Psicoartaes.

En el escenario vemos una familia formada por mujeres de tres generaciones que mantienen el tipo como pueden en silencio, un silencio de palabra, de secretos, pero a gritos con los hechos. Están solas. Cada una de ellas sola con su propia vida. Cada una parece estar en un punto del perímetro de una circunferencia. Cada una tiene su propia tangente y carga con su problema.

En La isla del aire vemos el problema de la vejez, la soledad, el abandono, la ruptura sentimental, el duelo y el silencio.  Todas sufren el dolor del amor, un amor en diferentes direcciones: el dolor por la pérdida de una hija, el dolor de no sentirse querida por la madre y la dependencia de vivir en contra de ella, el dolor no sentirse amada por el marido, el dolor de no amarse a sí misma. Todas viven en esa oscuridad que provoca la pérdida del amor, han perdido la luz del faro. El dolor, el silencio, los secretos, les ha conducido a la soledad no deseada “encerrándose en sí mismas como baúles antiguos que no dejan entrar la luz ni ilusión alguna”. A medida que avanza la obra, vamos conociendo a cada una de ellas y sus secretos, percibimos como desde esos puntos distantes del perímetro se van acercando al punto central de esa circunferencia, y juntas descubren que están rotas, pero no solas, y siempre buscando la luz de los faros.

Desde una mirada psicológica La isla del aire, es un reflejo de la vida: el dolor lleva al silencio, el silencio al secreto, y en esa oscuridad vemos lo importante que es hablar, escucharse, comunicarse, ayudarse, amarse y juntos buscar la luz y dejar entrar la ilusión para contrarrestar la oscuridad que provoca la soledad no deseada.

FICHA ARTÍSTICA

De Alejandro Palomas. Dirección Mario Gas. Con Nuria Espert, Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Candela Serrat y Claudia Benito. Diseño de espacio escénico Sebastià Brosa. Diseño de vestuario Antonio Belart. Diseño de iluminación Paco Ariza. Música original y espacio sonoro Orestes Gas. Videoescena Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz. Caracterización Núria Llunell. Voz Anabel Moreno. Una producción de Teatre Romea con el apoyo de ICEC