Her

Lecina Fernández. Psicóloga Clínica

En Her vemos una historia de amor y sentimos una historia de soledad.
Director y Guión Spike Jonze. Oscar Guión original 2014.

Cuando nos sentimos solos ni damos ni recibimos y así se siente el protagonista de Her, inmerso en la soledad y melancólico, incapaz de contestarse a las preguntas con las que inicia la película: “¿Quién eres? ¿Quién puedes ser? ¿Hacia dónde vas? ¿Qué posibilidades tienes?”.
En esa soledad en la que se encuentra tras haber salido de una relación, ha dado la espalda al mundo e incluso a así mismo. Y es entonces cuando surge, ante él y sin esfuerzo, la oportunidad de “entrar en una ilusión”. Es fácil dejarse llevar, crear una burbuja, un mundo donde los sentimientos duelen menos, incluso son agradables, y sentirse mejor sin afrontar la vida. Las nuevas tecnologías nos abren la posibilidad de “entrar” en ese mundo con nuevas formas de relacionarnos, vivir el amor y de disfrazar la soledad.

Her nos puede ayudar a reflexionar sobre la sorprendente historia de amor –tan presente en nuestros días-, sobre el comportamiento de los personajes ante el amor y, también, por identificación o contraste, sobre nuestra propia historia de amor. Sobre todo ello podemos hacernos muchas preguntas.
El amor. Sobre este sentimiento que a todos de una u otra manera nos ha atrapado con más o menos fuerza y al que nos hemos aferrado, nos podemos preguntar: ¿Importa si el amor es sólo una mera ilusión? ¿Los sentimientos que vivimos al estar enamorado son reales? ¿Sabemos diferenciar hasta dónde es fantasía y hasta dónde realidad? ¿Qué hay realmente y qué nos contamos? ¿Hasta dónde nos lo creemos?
La soledad: ¿Importa de quién o de qué nos enamoremos si el objetivo es eliminar el sentimiento de angustia que nos causa la soledad? ¿El amor es esa vivencia recíproca de dar y recibir, amar y ser amado o acaso es aquello que nos calma la ansiedad y el vacío de la soledad?
Sobre la ilusión y el amor: ¿Podemos crear una ilusión (autoengaño) y vivir dentro de esa burbuja con nuestra pareja o relación virtual? ¿Hacernos la ilusión de que somos una pareja en un lugar perdido y que todo lo demás desaparece? ¿Hacernos la ilusión de que con la pareja me siento seguro/a aunque esté a millones de millas de distancia? ¿Hacernos la ilusión de que soy quien en realidad no soy o que la pareja es quien en realidad no es?
Pero también podemos construir la historia que nos ilusiona (proyecto de vida): vivir con ilusión por  perseguir y lograr que sea nuestra realidad, amar y proyectar nuestro amor hacia la relación que vivimos, hacia la persona amada, vivir con ilusión el descubrir nuestra capacidad de crecer juntos, evolucionar en nuestra relación admitiendo los cambios de uno, del otro, de la relación y del entorno afrontando la realidad.
Cualquier ilusión vale si hacemos de la ilusión un instrumento para crecer. Para conocernos más y ser mejores personas, para emprender acciones que nos ayuden a amarnos más a nosotros mismos y a los demás, para poder decir como los personajes al final de la película: “Ahora ya sabemos cómo”, y podamos así respondernos a las preguntas: ¿Quién soy? ¿Quién puedo ser? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué posibilidades tengo? De alguna manera nos sentiremos menos perdidos y por lo tanto menos solos independientemente del amor que podamos dar o recibir.